En tiempos de crisis se hace necesario controlar los gastos y hacer malabarismos con presupuestos ajustados. Los pequeños empresarios, autonómos y emprendedores se ven obligados a mirar cada uno de sus desembolsos, de lo contrario podrían poner en peligro la pervivencia de su negocio. Optan por ser autodidactas y por hacer ellos mismos algunas tareas que en otros tiempos habrían encargado a un experto.
Es el caso de las fotografías de las webs corporativas o de empresa. A menudo pensamos que sería un "gasto superfluo" contratar a un fotógrafo profesional para tomar instantáneas de nuestro negocio, que nuestra cámara digital o réflex tiene la suficiente calidad. Es cierto, la cámara cumple con los requisitos necesarios pero quizás nosotros carecemos de la formación suficiente para realizar esta labor. ¿Crees que exageramos?
Seguro que cambias de opinión después de ver el trabajo realizado porJames Hodgins, un fotógrafo profesional que ha invitado a sus clientes a tomar con su propia cámara la instantánea de aquello que querían mostrar en su web para después comparar esa imagen con la que él tomaba.
El resultado salta a la vista. Latoma profesional es fácilmente reconocible y ciertamente más atractiva. Una evidencia de que quienes contrataban los servicios de Hodgins no estába gastando dinero sino haciendo una inversión. El fotógrafo ha reunido todas las fotos facilitadas por sus clientes junto con su versión de las mismas en una colección llamada Crappy vs. Snappy.
La idea también le ha servido como trampolín a Hodgins, que ha logrado nuevos clientes al evidenciar las diferencias entre las imágenes tomadas por un fotógrafo amateur y uno profesional.
