Nos encantan los retratos con luz natural. Además de que técnicamente su realización puede ser infinitamente más sencilla que la de uno de estudio, evitando muchas lecciones de iluminación con focos y luz artificial, la luz natural es siempre la mejor. Para el fotógrafo resulta además más barato, ya que le evita tener que invertir en materiales de estudio. Y, en ocasiones, para la persona fotografiada es mucho más agradable ya que no tiene que exponerse a la incomodidad que supone, en ocasiones, el flash.
A pesar de que, como hemos adelantado, la luz natural, facilita mucho las cosas a la hora de hacer retratos, hay algunos trucos que pueden mejorar mucho el resultado final de las fotografías si la utilizamos bien.
1. Disparar en modo manual. De esta forma tendrás el control sobre todos los ajustes de la cámara y te permitirá realizar fotografías más artísticas. Usar una velocidad de obturación no muy lenta de más de 1/60 o 1/100 para evitar imágenes borrosas, especialmente cuando el sujeto que fotografiamos está en movimiento. Desenfocar un poco el fondo, para ello funciona bastante bien usar grandes aperturas, de tipo f/4, lo ideal sería un f/1.8 pero pocos objetivos nos permiten llegar a ella.
2. Usar objetivos que sean como mínimo de 50mm, esta distancia es la ideal para retratos, los teleobjetivos nos dan automáticamente una separación de desenfoque de fondo. Debemos evitar los grandes angulares porque distorsionan al sujeto, a no ser que busquemos este efecto de distorsión por algún motivo.
3. Utilizar un ISO bajo para conseguir la mejor calidad de imagen posible. Podrá ser menor o tendrá que subirse, en función de las condiciones de luz natural de las que dispongamos.
4. Aunque parezca una contradicción con el punto 1, si somos perezosos o tenemos una luz cambiante, podemos cambiar el modo manual por la prioridad de apertura. Así tendremos una obturación más o menos rápida ajustando nuestro ISO cuando las condiciones de iluminación no sean las mejores.
5. Utilizar archivos RAW y subexponer con la compensación de la exposición. Cuando sobreexponemos, perdemos mucha información de la imagen, como el tono de piel de un área quemada, por ejemplo, de esta forma podemos corregir en la postproducción las áreas de sombra.
Fotografías: pixabay.com
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