Los pasos de una fotógrafa que resuenan en unasalavacía. Las puertas están cerradas y, una vez se presiona el manubrio y la cerradura cede, se presenta ante él una imagen que supera con creces las expectativas más optimistas. Lugares abandonados que se convierten en escenarios perfectos para una retratista, para quien adora congelar momentos únicos.
Alice van Kempen descubre junto a Clare, su perrita y modelo favorita, lugares únicos en los que es fácil recrear historias del pasado. Un viejo cochecito de un niño, una vieja jaula, un papel de época que decora la pared.
Esta fotógrafa disfruta adentrándose en lugares abandonados desde hace poco más de dos años. Han visitado prisiones, bases militares, minas de carbón, trenes, aviones, monasterios, hospitales, granjas y casas privadas en las que ya solo permanecen viejos recuerdos. Les gusta viajar por Europa para descubrir edificios descascarillados y llenos de historia y aquí nos dejan un pequeño aperitivo.
